Formamos parte de un mundo en el que la fotografía móvil se ha vuelto una de las cosas más importantes de nuestra cotidianidad. Cuando vamos a la oficina, la universidad, el gimnasio, fiestas, almuerzos o cualquier ocasión. Cuando vemos un atardecer, algo que nos impresione o nos guste, nos apuramos en sacar el teléfono y tomarle rápidamente una foto, pensando que esto nos hará recordar mejor ese momento.
Un estudio de la Universidad de Fairfield, hecho por la psicóloga Linda Henkel nos muestra una realidad diferente. Cuando tomamos fotos centramos nuestra atención en el teléfono o cámara, por lo tanto el recuerdo real que se almacena en nuestra memoria es el de la imagen que vemos en el teléfono.
La cámara tiene la capacidad de
congelar la imagen de un momento pero en un lugar específico, mientras que el
cerebro tiene la misma capacidad de guardar imágenes pero el campo de
visibilidad es mucho más amplio y puede
ver varios detalles al mismo tiempo, sin agregar los factores de los otros
sentidos como el olfato, audición y el tacto. Con el tiempo en nuestra memoria
tendremos solamente el recuerdo de lo que la cámara nos enfocaba, ya que era lo
que estábamos viendo directamente y no recordaremos todo lo que se podía
apreciar en vista completa.
Por cosas como esta es cuando nos
preguntamos si todos los avances tecnológicos son realmente buenos para la
sociedad. Acorde con el tema de la memoria, hay casos similares, como por
ejemplo el recordad las fechas. Podemos encontrarnos con que cada día, jóvenes
dependen del internet para recordar cualquier información. ¿Por qué recordar algo
que lo encuentras en Google? Y ni mencionar los cumpleaños, que redes sociales
como Facebook te las recuerdan.
Apoyándonos en este estudio, podríamos
decir que la fotografía no es exactamente una ayuda para la memoria y que la
tecnología cada día nos hace mas dependientes de ella misma.
Publicado por: Fania Gehrenbeck
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